Se trata de avance muy
importante, teniendo en cuenta que los propulsores de iones son considerados
los sistemas más avanzados y eficientes de propulsión en el espacio. Hoy en día
es la mejor forma de energía que se puede utilizar para largas misiones
espaciales en otros planetas. Con una duración de funcionamiento de al menos
cinco años ya demostrada, los próximos motores serán capaces de propulsar otra
generación de naves a misiones más lejanas.
¿Qué es la propulsión iónica?
Los propulsores iónicos, tal
y como su nombre lo indica, contienen un haz de iones (moléculas o átomos con
carga eléctrica) que sale de una boquilla a alta velocidad y se utiliza para la
propulsión. En el caso de NEXT, la operación es bastante simple. El xenón, un
gas noble, se rocía en una cámara. Un cañón (similar al tubo de rayos catódicos
de un televisor) dispara electrones contra los átomos de xenón, creando un
plasma de iones negativos y positivos. Los iones positivos se difunden en la
parte baja de la cámara, donde las rejillas del acelerador altamente cargadas
captan los iones y los impulsan fuera del motor, creando un empuje. La energía
para accionar el 'cañón iónico' puede ser generada por paneles solares o por un
generador termoeléctrico de radioisótopos; es decir, una batería nuclear como
en la nave Curiosity.
Ventajas y desventajas
La desventaja de los
propulsores iónicos es que la cantidad de empuje producido es minúscula. Los
propulsores de este tipo más avanzados son capaces de generar un empuje total
de 0,5 newtones (equivalente al empuje de unas monedas en una mano), mientras
que los propulsores químicos (que portan casi todas las naves espaciales
lanzadas) o de los satélites o sondas espaciales alcanza cientos miles de
newtones.
Sin embargo, y esto es lo
que hace a los propulsores iónicos tan interesantes, el rendimiento de este
tipo de combustible que es de 10 a 12 veces mayor que los propelentes químicos.
Obviamente, para los viajes espaciales largos, la eficiencia del combustible es
muy importante.
Por ello su uso para lanzar las naves espaciales desde la Tierra es imposible.
Sin embargo, en condiciones de ingravidez es posible acelerar una nave hasta
velocidades inalcanzables por otros tipos de plantas propulsoras existentes.
Perspectivas
Dado que un propulsor iónico
tiene un empuje muy bajo, tiene que funcionar más de 10.000 horas para acelerar
lentamente una nave espacial a las velocidades
necesarias para alcanzar el cinturón de asteroides o más allá.
El propulsor iónico NEXT ha
sido operado por más de 43.000 horas, es decir la hélice ha procesado más de
770 kilogramos de xenón y puede proporcionar a la nave un empuje total de 30
millones de newtones por segundo. Es una buena noticia, aunque la velocidad
máxima eventual de una nave espacial propulsada por un motor de iones ronda
unos 321.000 kilómetros por hora.
Fuente: Actualidad RT
hola soy anan_yarel, se les ovida que podemos torcer la resistencia del espacio alterando la gravedad circundante con electromagnetismo.(reemplazamos una fuerza por otra) y asi viajar a velocidades 80/100 de la luz.ademas al torcer el espacio anulas la inercia. atte anan_yarel(si es un motor de gravedad).
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