El frente
destruyó edificios, arrancó árboles de raíz y causó inundaciones que agravaron
los destrozos y dañaron las cosechas.
La mayor parte de la isla
carece de energía en estos momentos, y las autoridades señalaron que la mayor
preocupación en estos momentos es la falta de agua y comida.
El gobierno ha declarado el
estado de emergencia. El ministro de exteriores de
Nueva Zelanda aseguró que las fuerzas aéreas del país se encuentran en espera
por si es necesario que intervengan. Fuente: BBC Mundo
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