En los últimos dos años se
han visto cada vez más tiburones blancos cerca de la costa, señala el diario, y
también ha aumentado el número de ataques. En total han muerto cinco personas,
mientras que en los últimos 30 años se producía en promedio un ataque al año y
no siempre acababa con la muerte de la víctima.
En los dos últimos años la
temperatura de las aguas aumentó en algunos momentos hasta en cinco grados,
hasta los 30 grados centígrados. En las zonas afectadas ello hizo que
prácticamente desaparecieran los bancos de peces.
Debido a las corrientes, el
agua de las costas es un poco más fresca, según el director general de la
asociación de pescadores, Stuart Smith. “Es posible que los tiburones lleguen
con las aguas más frías o que los animales de los que se alimentan lo
hagan, y los tiburones los sigan”.
Mientras que los expertos
pensaron primero que la subida de la temperatura de las aguas se debía a causas
locales, ahora consideran que es una consecuencia de los cambios climáticos
generales del planeta.
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