Continúa la carrera espacial: Ingenieros del MIT perfeccionaron un proyecto para
instalar gasolineras espaciales o estaciones de propelente a medio camino, en
los puntos de Langrange entre la Tierra y la Luna, para ser utilizadas en las
misiones espaciales.
Durante la era de las misiones
Apolo, las naves espaciales que viajaban a la Luna tenían una ruta
muy determinada, con pocos cambios, por lo que el combustible necesario para
realizar su hazaña no era demasiado. En el futuro, es más que probable que las misiones
lunares, si es que finalmente son aprobadas, sean más complejas, con la
libertad de cambiar de rumbo para explorar confines más lejanos, como los
casquetes polares, donde se han encontrado evidencias de agua. Esa estrategia
requeriría que las naves llevaran combustible extra para cambiar sus órbitas.
El problema, según científicos del Instituto Tecnológico de Masachussetts
(MIT), es que eso supone demasiado peso, así que se les ha ocurrido que sería
mucho mejor llenar el depósito por el camino.
Lo que proponen los
científicos en la revista Acta Astronautica es una especie de gasolinera
espacial. La idea no es nueva, pero los del MIT aseguran haberla perfeccionado
para hacerla posible. Han diseñado una estación básica para una serie de
misiones independientes que podrían explorar la superficie de la Luna de una a
dos semanas. Una nave espacial podría atracar en la estación de propelente, en
algún lugar entre la Tierra y la Luna, y recoger el combustible adicional del
cohete antes de hacer el resto del viaje.
Estas estaciones en órbita
podrían reducir el combustible que una nave espacial tiene que llevar de la
Tierra, y con menos combustible a bordo, el cohete podría lanzar cargas útiles
más pesadas, como grandes experimentos científicos.
Combustible de emergencia
El equipo del MIT tiene en
cuenta que cada misión lunar lleva una provisión de «propelente de
contingencia», combustible destinado a ser utilizado solo en casos de
emergencia. En la mayoría de los casos, este combustible no es necesario y se
deja en la Luna o se quema cuando la nave vuelve a entrar en la atmósfera de la
Tierra.
En su lugar, los del MIT
proponen que la nave que vuelva a casa deposite el tanque de contingencia en la
gasolinera espacial, de forma que la próxima misión pueda recogerlo de camino a
la Luna como su propio suministro de emergencia. Si esta última termina por no
necesitarlo, puede hacer lo mismo y dejar el combustible para la próxima
misión.
Estos depósitos también
pueden acumular las existencias de múltiples misiones. De esta manera, si una
gran misión lunar fuera lanzada en el futuro, su cohete no necesitaría un
suministro de combustible enorme para lanzar la carga útil más pesada. En su lugar,
puede parar en la estación para recoger el propulsor almacenado.
¿Con una manguera?
Las gasolineras espaciales
estarían apostadas en los puntos de Lagrange, las regiones del
espacio donde las fuerzas gravitatorias, en este caso las de la Tierra y la Luna,
se anulan mutuamente, permitiendo a una nave permanecer en un lugar estable,
manteniendo la misma posición relativa con respecto a nuestro planeta y su
satélite natural.
La transferencia de
combustible entre el depósito y una nave simplemente implicaría que los
astronautas o un brazo robótico levantaran el tanque. La alternativa es una
manguera de un tanque a otro, como si se tratara de echar gasolina a un
coche, aunque los ingenieros reconocen que es más complicado, ya que el líquido
tiende a flotar en un ambiente libre de gravedad. «En la construcción de la
Estación Espacial Internacional (ISS), cada vez que se ha agregado un nuevo
módulo, hemos tenido que conectar las nuevas conexiones de fluidos», dice
Jeffrey Hoffman, del departamento de Aeronáutica y Astronáutica del MIT. «No es
un problema de diseño trivial, pero se puede hacer».
Claro que no será fácil. Los
principales inconvenientes para los depósitos incluyen el mantenimiento, la
conservación en el punto de Lagrange y la prevención de un fenómeno por el que
el combustible que no es mantenido a temperaturas suficientemente frías se
puede evaporar. Según Hoffman, si los científicos pueden encontrar maneras de
resolver estos desafíos, las estaciones de servicio en el espacio podrían
ser una forma eficaz de apoyar a las grandes exploraciones lunares. Fuente: ABC Ciencia
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