Socorristas rusos abordan la
amenaza de los asteroides. El Ministerio de Emergencias de Rusia, conjuntamente
con colegas extranjeros, trabaja en la defensa sistémica ante el peligro que
los asteroides y cometas representan para la población e infraestructuras en la
Tierra.
El jefe de la cartera,
Vladímir Puchkov, informó de que el acuerdo correspondiente ya fue firmado,
particularmente, con EEUU. Ante todo, se tiene planeado organizar el monitoreo
del espacio extraterrestre y seguir el desplazamiento de absolutamente todos
los cuerpos celestes.
Vivimos en un mundo
peligroso. Como si fuera poco las catástrofes tecnológicas y los desastres
naturales, la humanidad aún debe soportar las piedras que caen del cielo. El
meteorito que cayó hace un año en la localidad rusa de Cherbarkul, en los
Urales, nos recordó cuán indefensos estamos los terrícolas ante las amenazas
espaciales, señala el científico jefe del Principal Observatorio Astronómico de
la Academia de Ciencias de Rusia, Serguéi Smirnov:
–La Tierra
orbita en el espacio repleto de cuerpos pequeños y bastante grandes. Unos solo
provocan un fogonazo al penetrar en la atmósfera. Pero si el cuerpo celeste
tiene un tamaño, digamos, de cien metros, su colisión con la Tierra provoca,
como mínimo, una catástrofe continental. Muy
fuerte es la influencia que esos choques ejercen sobre el entorno, el clima de
la Tierra y sobre los procesos geológicos. Nosotros mismos nos desplazamos en
el cosmos a una velocidad muy grande. La colisión contra cualquier otro objeto
es siempre la suma de las velocidades. Lo bueno sería que el desplazamiento
fuera en un mismo sentido. ¿Y si la colisión es frontal?
A lo largo de la historia,
nuestra civilización tuvo suerte: no se ha registrado ninguna gran destrucción
por la caída de un meteorito. Pero por los enormes cráteres que vemos en
nuestros días, podemos juzgar que en tiempos prehistóricos se produjeron
semejantes catástrofes. Por ejemplo, en el Estado de Arizona hay un embudo de
ciento setenta metros de profundidad y 1,6 kilómetros de diámetro. Su edad es
de aproximadamente cuarenta y nueve mil años. Y nadie sabe cuando un asteroide
similar se dirija hacia la Tierra. Los astrónomos publican anualmente
pronósticos sobre el acercamiento de la Tierra de pequeños cuerpos celestes.
Pero, de momento, sus posibilidades son limitadas, puesto que cada año dos o
tres “sorpresas” recibimos. Se necesita un sistema global de observación y
protección, subraya el académico de la Academia de Cosmonáutica Tsiolkovski,
Alexánder Zhelezniakov:
–Aún no existe ningún
sistema en el mundo que realmente pueda proteger la Tierra de los peligros del
cosmos. Temo que estamos muy pero muy lejos de la instrumentación de tal
sistema. Con los medios técnicos de que disponemos en este momento, lo único
que podemos hacer en elaborar un sistema de monitoreo. Dicho sistema permitirá
seguir permanente todos los cuerpos que se desplazan en el espacio, calcular la
trayectoria de vuelo de esos objetos y, correspondientemente, determinar qué
cuerpo celeste representa un peligro para la Tierra.
Realmente fue una gran
suerte que la caída del meteorito en Chebarkul no haya causado víctimas
mortales. Pero sí se registraron muchos heridos. La mayoría de las personas
recibieron heridas cortantes de los vidrios que saltaron cuando la onda de
choque destrozó las ventanas. Si hubiésemos detectado la aproximación del
cuerpo celeste, determinado la zona de caída y a través del sistema de aviso
advertido a la población, aunque sea unos minutos antes del estallido, las
personas hubiesen podido protegerse y salir ilesas. Los especialistas rusos y
sus colegas de EEUU y Alemania se plantean precisamente la tarea de advertir
sobre semejante peligro. El Ministerio de Emergencias de Rusia no oculta el
hecho de que para ello se necesitarán décadas y mucho dinero. La próxima etapa
será la creación de un sistema de prevención de una colisión de la Tierra con
un cuerpo celeste. Pero para ello harán falta tecnologías que aún incluso no se
han ideado, apunta Serguéi Smirnov:
–Las conferencias
científicas de los últimos años se han convertido en una mezcla de ideas
fantásticas e ideas de disparos de precisión tanto de artillería como de
misiles. Hay fórmulas exactas de cálculo de la trayectoria de vuelo, de
acercamiento, de captura, descenso, de colocación de los explosivos y de su
voladura total o parcial, la idea de empleo de la vela solar, de cubrimiento de
una parte del asteroide con hollín y la otra con polvo blanco para generar una
diferencia de temperatura y cambiar la velocidad de rotación y hasta de
desplazamiento del objeto en el espacio. Son muchas las ideas. Y si bien
algunas de ellas parecen ser totalmente demenciales, se trata de una lluvia de
ideas que comúnmente se lanza en situaciones extremas.
Entre tanto, el peligro de
los asteroides y cometas ha sido incluido en Rusia en la lista de situaciones
de emergencia, a la par con las inundaciones e incendios forestales. Y el que
esté interesado, puede asegurar su vida y propiedades contra la amenaza
cósmica. Fuente: La Voz de Rusia
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