Hasta el momento se han
tenido que abatir más de 100.000 árboles para evitar la propagación del hongo.
Así mismo el gobierno se vio en la necesidad de prohibir temporalmente la
importación de árboles al presumir que el organismo provino de algunos traídos
del exterior. Miembros de la Comisión sostuvieron que “el país
afronta una amenaza sin precedentes debido a una toda una serie de parásitos y
enfermedades exóticas.”
La preocupación radica en
que el fresno es el género de árbol mayoritario en los bosques británicos,
además de jugar un rol esencial en la flora y la fauna del entorno.
El gobierno y expertos temen que esta epidemia sea aún más fuerte que aquella
que tuvo lugar en la década de los años sesenta, poniendo al olmo al borde de
la desaparición.
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