viernes, 28 de febrero de 2014

Meteoritos de 100 metros podrían causar catástrofe continental

Socorristas rusos abordan la amenaza de los asteroides. El Ministerio de Emergencias de Rusia, conjuntamente con colegas extranjeros, trabaja en la defensa sistémica ante el peligro que los asteroides y cometas representan para la población e infraestructuras en la Tierra.
El jefe de la cartera, Vladímir Puchkov, informó de que el acuerdo correspondiente ya fue firmado, particularmente, con EEUU. Ante todo, se tiene planeado organizar el monitoreo del espacio extraterrestre y seguir el desplazamiento de absolutamente todos los cuerpos celestes.
Vivimos en un mundo peligroso. Como si fuera poco las catástrofes tecnológicas y los desastres naturales, la humanidad aún debe soportar las piedras que caen del cielo. El meteorito que cayó hace un año en la localidad rusa de Cherbarkul, en los Urales, nos recordó cuán indefensos estamos los terrícolas ante las amenazas espaciales, señala el científico jefe del Principal Observatorio Astronómico de la Academia de Ciencias de Rusia, Serguéi Smirnov:
–La Tierra orbita en el espacio repleto de cuerpos pequeños y bastante grandes. Unos solo provocan un fogonazo al penetrar en la atmósfera. Pero si el cuerpo celeste tiene un tamaño, digamos, de cien metros, su colisión con la Tierra provoca, como mínimo, una catástrofe continental. Muy fuerte es la influencia que esos choques ejercen sobre el entorno, el clima de la Tierra y sobre los procesos geológicos. Nosotros mismos nos desplazamos en el cosmos a una velocidad muy grande. La colisión contra cualquier otro objeto es siempre la suma de las velocidades. Lo bueno sería que el desplazamiento fuera en un mismo sentido. ¿Y si la colisión es frontal?
A lo largo de la historia, nuestra civilización tuvo suerte: no se ha registrado ninguna gran destrucción por la caída de un meteorito. Pero por los enormes cráteres que vemos en nuestros días, podemos juzgar que en tiempos prehistóricos se produjeron semejantes catástrofes. Por ejemplo, en el Estado de Arizona hay un embudo de ciento setenta metros de profundidad y 1,6 kilómetros de diámetro. Su edad es de aproximadamente cuarenta y nueve mil años. Y nadie sabe cuando un asteroide similar se dirija hacia la Tierra. Los astrónomos publican anualmente pronósticos sobre el acercamiento de la Tierra de pequeños cuerpos celestes. Pero, de momento, sus posibilidades son limitadas, puesto que cada año dos o tres “sorpresas” recibimos. Se necesita un sistema global de observación y protección, subraya el académico de la Academia de Cosmonáutica Tsiolkovski, Alexánder Zhelezniakov:
–Aún no existe ningún sistema en el mundo que realmente pueda proteger la Tierra de los peligros del cosmos. Temo que estamos muy pero muy lejos de la instrumentación de tal sistema. Con los medios técnicos de que disponemos en este momento, lo único que podemos hacer en elaborar un sistema de monitoreo. Dicho sistema permitirá seguir permanente todos los cuerpos que se desplazan en el espacio, calcular la trayectoria de vuelo de esos objetos y, correspondientemente, determinar qué cuerpo celeste representa un peligro para la Tierra.
Realmente fue una gran suerte que la caída del meteorito en Chebarkul no haya causado víctimas mortales. Pero sí se registraron muchos heridos. La mayoría de las personas recibieron heridas cortantes de los vidrios que saltaron cuando la onda de choque destrozó las ventanas. Si hubiésemos detectado la aproximación del cuerpo celeste, determinado la zona de caída y a través del sistema de aviso advertido a la población, aunque sea unos minutos antes del estallido, las personas hubiesen podido protegerse y salir ilesas. Los especialistas rusos y sus colegas de EEUU y Alemania se plantean precisamente la tarea de advertir sobre semejante peligro. El Ministerio de Emergencias de Rusia no oculta el hecho de que para ello se necesitarán décadas y mucho dinero. La próxima etapa será la creación de un sistema de prevención de una colisión de la Tierra con un cuerpo celeste. Pero para ello harán falta tecnologías que aún incluso no se han ideado, apunta Serguéi Smirnov:
–Las conferencias científicas de los últimos años se han convertido en una mezcla de ideas fantásticas e ideas de disparos de precisión tanto de artillería como de misiles. Hay fórmulas exactas de cálculo de la trayectoria de vuelo, de acercamiento, de captura, descenso, de colocación de los explosivos y de su voladura total o parcial, la idea de empleo de la vela solar, de cubrimiento de una parte del asteroide con hollín y la otra con polvo blanco para generar una diferencia de temperatura y cambiar la velocidad de rotación y hasta de desplazamiento del objeto en el espacio. Son muchas las ideas. Y si bien algunas de ellas parecen ser totalmente demenciales, se trata de una lluvia de ideas que comúnmente se lanza en situaciones extremas.

Entre tanto, el peligro de los asteroides y cometas ha sido incluido en Rusia en la lista de situaciones de emergencia, a la par con las inundaciones e incendios forestales. Y el que esté interesado, puede asegurar su vida y propiedades contra la amenaza cósmica. Fuente: La Voz de Rusia

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