Un nuevo estudio precisó las
fechas del último cambio magnético de la Tierra y descubrió que el Polo Norte
que estaba en la Antártida se cambió más rápido de lo pensado al Ártico, hoy
pasa lo contrario.
El Polo Norte - es decir, la
dirección del norte magnético - se invirtió en el pasado, a partir de hace unos
789.000 años, el polo norte vagó alrededor de la Antártida durante varios miles
de años antes de moverse de un tirón hace 786.000 años hacia la orientación que
conocemos hoy, con el polo en algún lugar del Ártico. (Berkeley Geochronology Center)
Científicos internacionales
están analizando las últimas evidencias que demostraron una tendencia a una veloz inversión del campo magnético de la Tierra sobre un
nuevo registro histórico que confirmó que fue más rápido de lo pensado en el
pasado. Ellos concluyen que si se repite el caso, podría completarse en
menos de un siglo causando graves efectos biológicos.
Hace 786.000
años sucedió una inversión del campo magnético,“que realmente ocurrió muy
rápidamente, en menos de 100 años -
más o menos una vida humana”, destacó el estudio internacional liderado por
Leonardo Sagnotti, del Instituto Nacional de Geofísica Vulcanología (INGV) de
Italia, que incluye la participación de la Universidad de Berkeley. Está
publicado en la revista Geophysical Journal International impresa con fecha de
noviembre 2014, ahora en versión online.
En otras palabras el Polo
Norte - es decir, la dirección del norte magnético - hace unos 789.000 años,
"vagó alrededor de la Antártida durante varios miles de años antes de
moverse de un tirón hace 786.000 años hacia la orientación que conocemos hoy,
con el polo en algún lugar del Ártico".
Se demostró que lo que
sucedió en esa fecha fue precedido por un período de inestabilidad del campo y
una importante debilidad del mismo, lo cual ya está ocurriendo hoy, según
evidencias recopiladas en diferentes investigaciones, entre ellas la publicada
en junio por la Agencia Espacial Europea (ESA).
ESA precisó en dicho mes que
hay evidencias de que el Polo Norte se está trasladando hacia Siberia.
El documento de Leonardo
Sagnoti explica que estudiaron la alineación del campo magnético en los
sedimentos expuestos en los Apeninos de Italia, en la cuenca de Sulmona, al
este de Roma, y en las zonas cerca de los volcanes Sabatini, el Vesubio y las
colinas de Alban.
Los resultados
correspondientes al período histórico llamado de transición Matuyama-Brunhes
indicaron un cambio de dirección magnética de 180 grados en un tiempo menor de
lo previsto.
“El cambio de dirección de
180 grados se produjo a un ritmo extremadamente rápido, estimado en menos
de 2 grados por año, sin registrarse polos virtuales geomagnéticos intermedios
durante el tránsito desde el sur al hemisferio norte”, destacó Robert Sanders
en el análisis del estudio, según UC Berkeley el 14 de octubre.
El registro magnético del
equipo dirigido por Italia observó que el brusco y repentino viraje de los 180
grados fue precedido por un período de inestabilidad que se extendió por
más de 6.000 años.
Esta inestabilidad “incluyó
dos intervalos de baja intensidad del campo magnético, que duró alrededor de
2.000 años cada uno”, que habrían incluido cambios en las orientaciones sobre
el terreno en el primer intervalo de baja resistencia, señala el documento de
estudio.
Sin embargo, “la inversión
de la polaridad magnética completa - es decir, la etapa final y muy rápida
a lo que el campo es hoy - ocurrió hacia el final del más reciente
intervalo de baja intensidad del campo”.
Algo que los científicos
comparan con lo que sucede hoy, destaca Sanders, en que la intensidad del campo
magnético de la Tierra está disminuyendo 10 veces más rápido de lo normal,
citando cifras de la Agencia Espacial Europea (ESA).
“Es increíble la rapidez con
que vemos que la inversión", destacó Courtney Sprain, uno de los graduados
de Berkely, que también participó en el estudio, que incluye entre otros a
Giancarlo Scardia, del Instituto Oceanográfico de la Universidade de Sao Paulo
y el Instituto di Geologia Ambientale y Geoingegneria de Monterotondo en Roma.
"Los datos
paleomagnéticos son muy bien hechos. Este es uno de los mejores registros
que tenemos hasta ahora de lo que sucede durante una inversión y la rapidez con
que estas inversiones pueden suceder ", agregó.
La edad cronológica señalada
por registros de argón en las rocas mostraron que la inversión magnética,
llamada la transición Matuyama-Brunhes, hace en aproximadamente 786.000
años, es “mucho más precisa que la de estudios anteriores, que colocan la
inversión entre hace 770.000 y 795.000 años”, lo cual permitió concluir un modo
de comportamiento de la Tierra en estos casos, que podría replicarse en
cualquier momento.
"Lo que es increíble es
que se pasa de polaridad inversa a un campo que es normal con prácticamente
nada en el medio, lo que significa que tuvo que haber sucedido muy rápidamente,
probablemente en menos de 100 años", reafirma Paul Renne, director
del Centro de Geocronología de Berkeley y profesor de la UC Berkeley.
Los sedimentos del lago
italiano estudiado se depositaron a una velocidad alta y constante durante un
período de 10.000 años, por lo que el equipo fue capaz de interpolar las fechas
de la capa de muestra, lo cual sirvió de argumento de precisión de los datos.
El campo magnético terrestre se está
debilitando
Evidencias aportadas por
tres satélites de la Estación Espacial Europea (ESA) sobre que el Campo
Magnético de la Tierra demostró meses atrás que se está debilitando, y el polo
norte se trasladó a Siberia, lo que hace pensar en inquietantes conclusiones.
El 19 de junio ESA comunicó
que “las mediciones realizadas durante los últimos seis meses confirman la
tendencia general de debilitamiento del campo, con los descensos más dramáticos
en el Hemisferio Occidental. Pero en otras áreas, tales como el sur del Océano
Índico, el campo magnético se ha fortalecido desde enero. Las últimas
mediciones confirman también el movimiento del norte magnético hacia Siberia”.
Las mediciones de ESA se
basan en el estudio de las señales magnéticas derivadas del núcleo de la
Tierra.
También en 2003, Larry
Newitt del Servicio geológico de Canadá, destacó que de acuerdo a sus
observaciones el Polo Norte se desplazó durante el siglo 20 a una velocidad
media de 10 kilómetros por año, acelerándose últimamente "hasta 40
kilómetros por año".
Newitt explicó en esa fecha
que “a este paso saldrá de América del Norte y llegará a Siberia en unas pocas
décadas”. En 2014 ESA reveló que ya está en Siberia.
Al respecto el profesor
Renne anticipó que “no sabemos si la próxima reversión se producirá tan rápido
como lo hizo en ese período, pero tampoco sabemos que no lo hará.", según
reporta Berkeley el 14 de octubre.
La nueva investigación fue
destacada como crucial “para una mejor comprensión del campo magnético de la
Tierra, y para el desarrollo de modelos más sofisticados que sean capaces de describir
su estructura y su comportamiento global”, según UC Berkeley. Un resumen de su
publicación fue realizado por la Universidad de Oxford y la Royal Astronomical
Society.
Efectos drásticos a nivel biológico y en
redes eléctricas
Paul Renne explicó la relevancia
del fenómeno, y precisó que aún no han podido encontrar evidencias de alguna
catástrofe asociada en la Tierra, durante el período de inversión hace 786.000
años, “a pesar de mucho buscar en el registro geológico y biológico”, según UC
Berkeley.
“Hoy, sin embargo, un
cambio de este tipo podría potencialmente causar estragos en nuestra red
eléctrica, generando corrientes que pueden hacerla caer”.
Además el profesor Renne
sostiene que habría que “pensar más sobre lo que serían los efectos
biológicos”.
“Puesto que el campo
magnético terrestre protege la vida de las partículas energéticas del Sol y los
rayos cósmicos, el debilitamiento o pérdida temporal del campo antes de un
cambio permanente podría causar mutaciones genéticas y aumentar las tasas de
cáncer. El peligro para la vida sería aún mayor si las volteretas fueran
precedidas por largos períodos de comportamiento magnético inestable”, argumentaron
los científicos. Fuente: La Gran Época
Efectos del acercamiento de Hercolobus
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