Las reservas de granos del
mundo son tan peligrosamente bajas que el clima severo en EE.UU. u otros países
exportadores de alimentos podría provocar una considerable hambruna el
próximo año, advirtieron las Naciones Unidas.
Las cosechas fallidas de
este año en EE.UU., Ucrania y otros países han reducido las reservas a su nivel
más bajo desde 1974. EE.UU., que ha sufrido olas de calor y sequías récord en
2012, tiene ahora en reserva una cantidad históricamente baja de 6,5% del maíz
que espera consumir el próximo año, dice la ONU.
“No estamos produciendo la
cantidad que consumimos. Por eso las existencias han bajado tanto. Los
suministros son ahora muy limitados en todo el mundo y las reservas están a un
nivel muy bajo, lo que no deja espacio para eventos inesperados el próximo
año”, dijo Abdolreza Abbassian, economista sénior de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Como el consumo de
alimentos ha excedido la cantidad cosechada durante seis de los últimos 11
años, los países han reducido recientemente sus reservas de un promedio de 107
días de consumo hace 10 años a menos de 74 días.
Los precios de los
principales cultivos de alimentos como trigo y maíz se acercan ahora a los que
provocaron disturbios en 25 países en 2008. Cifras de la FAO publicadas esta
semana sugieren que 870 millones de personas están desnutridas y que la crisis
alimentaria aumenta en Medio Oriente y África. Se espera que la producción de
trigo de este año sea 5,2% inferior a 2011, y que los resultados de la mayoría
de los demás cultivos, con la excepción del arroz, también bajen, dice la ONU.
Las cifras aparecen mientras
uno de los más destacados ecologistas del mundo emitió una advertencia de que
el suministro global de alimentos podría colapsar en cualquier momento,
causando hambre a otros cientos de millones de personas, provocando disturbios
generalizados y derrocando gobiernos. En una impactante nueva evaluación de las
perspectivas de satisfacer las necesidades alimentarias, Lester Brown, presidente del centro de investigación
Earth en Washington, dice que el clima ya no es fiable y que las demandas de alimentos
crecen tan rápido que es inevitable una crisis, a menos que se tome una acción
urgente.
“La escasez de alimentos
debilitó a anteriores civilizaciones. Vamos por el mismo camino. Cada país se
las arregla solo actualmente. El mundo vive de un año para el otro”, escribe en
un nuevo libro.
Según Brown, estamos ante el
comienzo de una interrupción del suministro de alimentos con una acometida de
los especuladores a fin de “apoderarse” de millones de kilómetros cuadrados de
tierras agrícolas baratas, la duplicación de los precios internacionales de
alimentos en una década y la dramática disminución de las reservas alimentarias
de los países.
“Estamos entrando en una
nueva era de aumento de los precios de los alimentos y de propagación del
hambre. Los suministros de alimentos se restringen por doquier y la tierra se
está convirtiendo en la mercancía más buscada mientras el mundo pasa de una era
de abundancia de los alimentos a una de escasez”, dice Brown. “La geopolítica
del alimento está eclipsando rápidamente la geopolítica del petróleo”.
“La situación en la que estamos no es
temporaria. Estas cosas pasarán continuamente. El clima está en un estado de
cambio y ya no existe una condición normal.
“Estamos comenzando un nuevo
capítulo. Veremos inestabilidad alimentaria en muchos sitios más.
“La agresión
armada ya no es la principal amenaza para nuestro futuro. Las amenazas
decisivas en este siglo son el cambio climático, el crecimiento de la
población, mayor escasez de agua y el aumento de los precios de los alimentos”,
dice Brown.