La zona afectada tiene un
perímetro de 400 kilómetros, centenares de casas han sido calcinadas y una
persona ha fallecido.
Los bomberos en Australia
luchan contra un centenar de incendios que arden en el
Estado de Nueva Gales
del Sur, en la peor oleada de fuegos en una década. El desastre ecológico ya ha
causado un muerto y ha arrasado decenas de casas. Los incendios no dan señales
de amainar ya que las llamas siguen expandiéndose a pesar de que la jornada se
presenta más fría y húmeda que ayer, cuando la temperatura superó los 34 grados
y soplaron vientos de hasta 90 kilómetros por hora.
Los siete principales
incendios han quemado hasta el momento 50.000 de las 88.200 hectáreas
destruidas en total por los fuegos, cuyo perímetro alcanza los 400 kilómetros,
según el comisionado estatal de los bomberos. Entre las áreas donde hay mayor
preocupación están la Costa Central y la región de Hunter, situada a más de 90
kilómetros al norte de Sídney, además de Springwood, donde se ha reavivado el
fuego, y otras localidades de las Montañas Azules.
Las primeras cifras del
Consejo de Aseguradoras de Australia sitúan los daños en unos 29 millones de
dólares (21,1 millones de euros), una cantidad que se prevé que aumente en las
próximos días. La actual crisis se compara a los incendios denominados
"Navidad Negra", que comenzaron el 25 de diciembre de 2001 y duraron
unas tres semanas, arrasando unos 3.000 kilómetros cuadrados de terrenos en
Nueva Gales del Sur y unas 121 viviendas.
El fuego en esta zona del
este de Australia aún está "muy activo, muy dinámico y muy
peligroso", según el comisionado del Servicio Rural de Bomberos, Shane
Fitzsimmons. Un hombre de 63 años murió en la víspera cuando intentaba combatir
el fuego cerca de su vivienda en Lake Munmorah, a 124 kilómetros al norte de
Sídney, según dijo a la cadena local ABC el jefe del Gobierno estatal, Barry
O'Farrell.
Hasta ahora esta es la única
víctima mortal a causa del fuego confirmada por las autoridades que, no
obstante, alertaron que la cifra podría aumentar en las próximas horas.
"Creemos que contaremos en cientos en lo que se refiere a viviendas,
edificios e infraestructuras. Pero no podemos ignorar la realidad de que se
hallen personas dentro de esas casas que no han sido destruidas", dijo
Fitzsimmons en una rueda de prensa en la que se le vio visiblemente afectado.
Las autoridades creen que la
cifra de viviendas afectadas puede ascender a unas doscientas, de las cuales
una treintena quedaron calcinadas ayer en la localidad de Springwood, en la
zona turística de las Montañas Azules. Solo en esta zona las autoridades
confirmaron anoche que 81 casas han quedado destruidas y otras 37 han sufrido
daños.
En la localidad costera de
Catherine Hill Bay, a unos 100 kilómetros al norte de Sídney, las llamas han
calcinado el muelle y cuatro viviendas, dijo hoy la alcaldesa de Lake
Macquarie, Jodie Harrison, a la cadena local ABC. El primer ministro
australiano, el conservador Tony
Abbott, ha agradecido el trabajo de los bomberos, dos de los cuales han
tenido que ser hospitalizados por quemaduras.
"Solo quiero expresar
nuestro pesar en nombre de la gente y del Parlamento de Australia por la
angustia por la que están pasando centenares de personas en Nueva Gales del
Sur, pero también lo orgullosos que estamos de los miles de voluntarios y
bomberos profesionales", dijo Abbott. Unos 2.000 bomberos trabajan con 368
vehículos y 82 aviones en las tareas de extinción y ante los pronósticos sobre
un recrudecimiento de las condiciones meteorológicas a partir del domingo y el
lunes.
A pesar de la llegada de
refuerzos de otras partes del país, las autoridades prevén que gran parte de
los incendios, una treintena de los cuales arde actualmente sin control, sigan
activos durante varios días o incluso semanas. Las autoridades de Nueva Gales
del Sur también advirtieron de que las condiciones impiden que los miles de
personas que fueron evacuadas ayer puedan retornar a sus hogares para evaluar
los daños. Fuente: El País