Después de tres inviernos
con unos niveles de precipitaciones inusualmente bajos, el estado de
California, en el suroeste de Estados Unidos, está atravesando la que según los
expertos es la peor sequía de la que se tiene registro en la zona.
Si 2013 entrará en los
libros de historia como el año más caluroso y seco en esa región desde que se
iniciaron las mediciones, 2014 no ha empezado mucho mejor. Las previsiones
meteorológicas indican que la falta de lluvias podría prolongarse durante las
próximas semanas e incluso meses. La situación es tan grave
que hace unos días el gobernador de California, Jerry Brown, declaró el estado
de emergencia, pidiendo a sus conciudadanos que tomen las medidas necesarias
para ahorrar agua antes de que la persistente sequía se agrave.
Los embalses de agua más
grandes del estado están por debajo de mínimos históricos, al tiempo que el
nivel de la nieve acumulada en las montañas es tan solo un 20% del habitual en
esta época del año.
Más allá de que en un futuro
próximo deban imponerse restricciones en el consumo doméstico de agua, lo que
más preocupa en estos momentos es la situación del sector agrícola, el más
productivo de EE.UU. y uno de los pilares de la economía californiana.
A todo esto hay que sumar los
fuegos. En contra de lo que suele ser habitual en los meses de invierno, debido
a las condiciones de sequedad del terreno y la vegetación, las autoridades han
mantenido en muchas zonas la alerta roja por el alto riesgo de incendios.
BBC Mundo conversó con Glen
MacDonald, director del Instituto del Medio Ambiente y la Sostenibilidad de la
Universidad de California-Los Ángeles, para conocer cuáles son los desafíos que
esta sequía presenta a los más de 38 millones de habitantes de California.
1- Una sequía sin precedentes.- La falta de precipitaciones que afecta al conjunto de California,
no sólo es la más severa desde que se iniciaron los registros en 1948.
Los científicos creen que
para encontrar una sequía tan aguda habría que remontarse varios siglos atrás.
"La falta de agua es
tan persistente que no creo que haya nadie vivo en California que pueda
recordar un año tan seco", asegura Glen MacDonald.
"Sabemos a través de
registros prehistóricos -como los troncos de los árboles, los sedimentos de los
lagos y otras pruebas geológicas- que en el pasado ha habido periodos
extremadamente secos que se han prolongado durante una década o más",
explica MacDonald.
"Por el momento no
hemos alcanzado esos registros prehistóricos, pero me arriesgaría a decir que
la sequía que estamos viviendo ahora se encuentra entre las más severas de los
últimos 1.000 años", apunta el experto.
"Ello se debe a que
hemos tenido tan sólo una pequeña fracción de las precipitaciones habituales.
Enero suele ser uno de los meses con más lluvia y hasta ahora no ha caído ni
una gota".
2- Las pérdidas para el sector agrario.- Lo que más preocupa en estos momentos a las autoridades
es el estado del campo, responsable del consumo del 80% del agua en California.
Las más de 80.000
explotaciones agrícolas californianas produjeron cultivos y ganado por valor de
más de US$44.000 millones en 2012. Esa fuente de ingresos podría verse mermada
si se reduce la cantidad de agua disponible.
Además, los precios de los
alimentos también podrían aumentar en todo EE.UU. si las cosechas se reducen.
Según Glen MacDonald,
"California está bien preparada en cuanto a infraestructura para hacer
frente a un año severo de sequía, aunque las cosas se complican cuando la falta
de lluvias se prolonga durante más tiempo".
"El gobernador ha hecho
un llamado a tomar medidas voluntarias de conservación de agua, pero creo que
al final acabará habiendo restricciones obligatorias. Habrá que ver cómo
repartimos el agua entre la agricultura y el consumo doméstico", señala
MacDonald.
3- Alerta roja por los incendios.- Se teme que si sigue sin llover, el próximo verano la
temporada oficial de incendios podría batir récords. Los meses que van de mayo
a octubre -cuando las precipitaciones son escasas y la humedad del terreno y la
vegetación se evapora- suelen ser en los que se registran un mayor número de
incendios en California.
Con esta sequía persistente
las autoridades no han podido levantar la alerta por fuegos en muchas partes
del estado y se están registrando incendios -como el que afectó a la localidad
de Glendora hace unos días- que no suelen ser habituales en esta época del año.
Se teme que si sigue sin
llover, el próximo verano la temporada oficial de incendios podría batir
récords.
"La sequía está
haciendo que haya mucho combustible para los fuegos. Es muy inusual que la
temporada de incendios continúe durante el invierno. Cuando llegue el verano,
si no ocurre algo extraordinario, la vegetación estará muy seca y nos
encontraremos ante un problema enorme", apunta Glen MacDonald.
4- Niveles de contaminación disparados.- California cuenta con algunas de las áreas urbanas con el
aire más contaminado de EE.UU. Cualquiera que viva en lugares como Los Ángeles
o San Francisco se habrá dado cuenta de que la calidad del aire de estas
ciudades ha empeorado en los últimos meses.
Para tratar de controlar los
niveles de polución, en algunos lugares las autoridades han tenido que prohibir
el encendido de las chimeneas en las casas.
Según informaba hace unos
días la prensa local, también ha aumentado el número de pacientes que son
tratados en clínicas y hospitales por problemas respiratorios.
California -un estado famoso
por la dependencia que sus ciudadanos tienen de los automóviles- cuenta con
algunas de las áreas urbanas con el aire más contaminado de EE.UU.
Sin las tormentas
invernales, la atmósfera no se limpia como debería. En zonas como la Bahía de
San Francisco, el Valle Central y el sur de California, muchas ciudades han
tenido que convivir con altos niveles de contaminación durante días.
5- Las predicciones no son optimistas
El gobernador de California,
Jerry Brown, declaró el estado de emergencia por la sequía hace unos días.
Las predicciones
meteorológicas a corto y medio plazo no son muy optimistas. Los expertos creen
que, a no ser que la primavera sea excepcionalmente lluviosa, será difícil que
se alivie la sequía antes de la llegada del verano.
"Esta sequía subraya la
necesidad que tiene California de implementar políticas de conservación y
administración del agua agresivas. Es una llamada de atención y creo que hemos
de actuar con firmeza", asegura Glen MacDonald.
"Nos hemos acostumbrado
en California a sequías que duran entre 3 y 5 años y siempre asumimos que las
cosas mejorarán, pero hay modelos meteorológicos que indican que la falta de
lluvias podría durar más de lo que pensamos", apunta el experto.
"Hemos de prepararnos para el peor de los escenario. Hemos de
empezar a pensar en el largo plazo. ¿Qué sucedería si resulta que estamos
entrando un nuevo período climático seco? Creo que se van a tener que tomar
decisiones importantes". Fuente: BBC Mundo
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