lunes, 25 de junio de 2012

Marte podría tener vida sostenible

Una nueva investigación revela que el Planeta Rojo podría poseer casi tanta agua como la Tierra.
Hasta ahora, la Tierra era el único planeta conocido que tiene vastas reservas de agua en su interior. Sin embargo, un grupo de científicos ha analizado el contenido de agua de dos meteoritos marcianos, procedentes del Planeta Rojo, y ha determinado que la cantidad de agua existente en el manto marciano es mucho mayor que las estimaciones anteriores y es similar a la de la Tierra, informa Carnegie Institution en un comunicado
Una nueva investigación realizada sobre meteoritos marcianos que llegaron a la Tierra hace 2,5 millones de años ha determinado que la cantidad de agua presente en el manto del Planeta Rojo es muy superior a lo que se pensaba y que es parecida a la que posee la Tierra. Estos datos plantean la posibilidad de que Marte podría tener vida sostenible.
Los resultados de esta investigación no sólo afectan a lo que sabemos sobre la historia geológica de Marte, sino que también tienen implicaciones para determinar cómo llegó el agua a la superficie marciana. Los datos plantean la posibilidad de que Marte podría tener vida sostenible. 
La investigación fue dirigida por el ex científico postdoctoral de Carnegie Francis McCubbin, ahora en la Universidad de Nuevo México. El análisis fue realizado por el investigador de la Institución Carnegie Erik Hauri y su equipo y se publica en la revista Geology.
Más información: http://www.tendencias21.net/Marte-posee-casi-tanta-agua-como-la-Tierra_a12261.html

domingo, 24 de junio de 2012

Un terremoto de magnitud de 6,5 se registró cerca de Kamchatka

La península rusa de Kamchatka registró un terremoto de más de 6,5 en la escala Richter este 24 junio del 2012.
Los sismólogos situaron a una profundidad de 51 kilómetros el epicentro del movimiento telúrico de magnitud de 6,5 que se registró cerca de la península de Kamchatka, en el extremo oriente ruso. Minutos antes de producirse el terremoto, se registró en esta misma zona otro de 6,1 de magnitud, aunque su epicentro estuvo mucho más cerca de la superficie terrestre: a unos 17 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. No se han registrado víctimas ni daños materiales. El pueblo más cercano se encuentra a unos 150 kilómetros del epicentro.Más información: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/47773-Un-terremoto-de-magnitud-de-6%2C5-se-registra-cerca-de-Kamchatka

jueves, 14 de junio de 2012

Profecías del fin del mundo

Hoy en día se habla mucho de las profecías mayas del fin del mundo, que anuncian el final de nuestra humanidad para diciembre de 2012. Se citan también a otras profecías del fin, como las de Nostradamus o las del Apocalipsis de San Juan.
Estos en su mayor parte nos advirtieron de grandes catástrofes en la Tierra, un inminente cambio en el eje de nuestro planeta, el deshielo de los polos y el hundimiento de grandes zonas de tierra firme producto de terribles sismos y maremotos.
Algunas profecías hablan concretamente del acercamiento de un planeta que nos visita de forma periódica. Este planeta estaría ya al alcance de los telescopios y su tamaño sería de unas seis veces el de Júpiter. Se le conoce en muchas tradiciones, profecías y libros sagrados, con diferentes nombres como: Planeta X, Nibiru, Tyché, Baal, Wormwood, Ajenjo, Hercólubus, Marduk, Némesis, La Bestia, Planeta Rojo, Planeta Frío, Barnard I, Planeta 12, y otros más.
Entre las Profecías antiguas más conocidas tenemos a la de la Gran Pirámide de Egipto. En ella están escritos muchos acontecimientos estelares que se han venido cumpliendo desde su construcción. Según la Gran Pirámide, el fin de nuestra era acontecerá en una fecha comprendida entre 2001 y 2030.
De acuerdo al calendario y a las profecías mayas, las peores catástrofes sucederán a partir de 2012. La Biblia tiene en su último libro una gran obra profética, el Apocalipsis de San Juan. En él se describe el final de los tiempos, el Armagedón, de forma directa y terrible. Según este libro, los tiempos del fin verán la llegada del Anticristo, quien representa el materialismo, el intelectualismo desprovisto de espiritualidad, y como consecuencia la maldad y la degeneración extrema. Muchos interpretan que estos tiempos ya han llegado.
De la misma forma, el Corán, el gran libro del Islam, advierte de la venida del falso mesías Al-Dajjah en el fin de los tiempos. Esta época vendrá señalada por un alto materialismo y por una completa falta de espiritualidad.
En la Edad Media, el gran vidente y astrólogo Nostradamus alertó en sus centurias del gran Rey del terror que viene del cielo. Muchos de sus estudiosos interpretan que se refiere a un gran cuerpo celeste que destruirá la vida en la Tierra.
En los últimas décadas, personas con conciencia o con capacidades intuitivas excepcionales han ido alertando sobre y del fin de nuestra civilización.
El astrónomo Carlos Muñoz Ferrada, quien además de predecir con exactitud numerosos terremotos de América del Sur,  informó en 1999 acerca de la futura llegada del gran “Planeta-Cometa”.
Benjamín Solari Parravicini, Alois Irlmaier, Edgar Cayce  hicieron también terribles advertencias sobre el pronto final de nuestra civilización
Mención muy especial merece Samael Aun Weor, el gran maestro gnóstico, quien impartiera numerosas conferencias en México en la década de los años 70. Él habló de Hercólubus y explicó que en los tiempos del fin, este planeta se acercaría al nuestro ejerciendo una gran fuerza electromagnética que desestabilizaría la corteza terrestre, dando lugar a grandes terremotos, maremotos, erupciones volcánicas y desastres naturales. Este planeta habría llegado a nuestro sistema solar en anteriores ocasiones para desencadenar cataclismos que hicieron desaparecer las civilizaciones de la Lemuria y de la Atlántida. Ahora llegaría para terminar con nuestra civilización y así dar lugar a una nueva era.

Las tormentas magnéticas incrementan las muertes por infarto

Las tormentas magnéticas que afectan a la Tierra contribuyen al aumento de las muertes por infarto, revelaron científicos del Instituto de Ionosfera y Magnetismo Terrestre de Rusia.
“El principal blanco de las tormentas magnéticas es el corazón y el sistema cardiovascular…“, aseguró Yuri Zaitsev, experto del IKI a la agencia Interfax.
Recordó que el organismo humano en mayor o en menor medida es sensible a los campos magnéticos y que muchas personas con determinadas enfermedades crónicas o de avanzada edad sufren recaídas de salud cuando las tormentas magnéticas afectan a la Tierra.
A consecuencia de explosiones que ocurren en la corona solar, las tormentas magnéticas se manifiestan como potentes e intensos flujos de partículas ionizadas que alcanzan la Tierra.
Recordó que, además de los efectos en los seres humanos, las tormentas magnéticas provocan las auroras boreales, entorpecen las trasmisiones de radio y afectan al funcionamiento de los satélites, redes eléctricas, sistemas de navegación, oleoductos y el transporte ferroviario
Los datos estadísticos y experimentos revelan que los ataques al corazón y los derrames cerebrales son más frecuentes durante las tormentas magéticas, declaró también este 4 de junio pasado,  Tamara Breus del Instituto de Investigaciones Espaciales (Academia de Ciencias de Rusia).
"Durante tormentas magnéticas fuertes, acompañadas de intensas emisiones de radiación, los infartos incrementan un 12% y los derrames cerebrales un 7%", dijo Breus en una conferencia acerca de la influencia del "tiempo cósmico" sobre el hombre, en una inauguración ese mismo día en el Instituto de Investigaciones Espaciales.
Comentó que esos datos fueron obtenidos tras un estudio de 6 millones de historias clínicas, entre las cuales hubo 80.000 casos de infartos y 60.000 casos de derrames cerebrales.
"También aportaron valiosos datos los experimentos con participación de voluntarios sanos que durante un largo tiempo controlaron el estado de su sistema cardiovascular", apuntó la investigadora.
"Se necesita determinar qué peculiaridades de esas personas las hacen tan susceptibles al factor cósmico", declaró el director científico del Instituto de Problemas Biomédicos.