Precipitaciones récord e
inundaciones en el sur de Francia. En la región de Montpellier, en unas horas cayó tanta agua como normalmente en seis
meses.
Los daños materiales
ascienden a varios millones de euros, aunque no ha habido que lamentar pérdidas
humanas.
Sesenta localidades cercanas
a Montpellier han sido catalogadas como zona de catástrofe natural.
Unos 1.500 gendarmes,
bomberos y personal de seguridad civil han sido movilizados este lunes y
martes. Han realizado más de 1.200 intervenciones para ayudar a los afectados.
Con la ayuda de
profesionales y voluntarios, los habitantes de pueblos como Saint-Pargoire, al
oeste de Montpellier, se afanan por reparar los destrozos.
“Tengo 93 años y nunca había
visto tanta agua. De verdad, el agua pasaba por encima. He visto como caía el
muro y se llenaba todo de agua Tenía muebles, pero ya ven el estado en el que
están”, cuenta un vecino de Saint-Pargoire.
Las inundaciones obligaron a
unas 4.000 personas a pasar la noche fuera de sus hogares. La sala de
espectáculos Zenith de Montpellier se convirtió en albergue de urgencia.
“Ha ocurrido de repente. El
agua ha llegado hasta nosotros y entonces hemos empujado el coche, que ha
flotado como una balsa, y después otras personas nos han ayudado a meterlo en
lugar seguro sobre el puente”, explica una afectada.
Además de los cortes de
carreteras, a muchos la tromba de agua los dejó atrapados en el aeropuerto de
Montpellier y estaciones de tren. Un millar de niños tuvieron que dormir en sus
centros escolares.
El tráfico ferroviario ha
ido retomando la normalidad a lo largo de la jornada.
Varios departamentos del sur
de Francia siguen en alerta por fuertes lluvias e inundaciones. Fuente: Euro News